miércoles, 6 de diciembre de 2017

Catarsis

Continuando con la saga de la catarsis, esta vez quiero dejar de ocultar mis desventuras amorosas bajo seudónimos o cuentos y escribir este post como una forma de liberarme un poco de ciertos sentimientos que no me han hecho bien.

Si llegué a colapsar hace un mes creo que fue por callar y no hablar cuando quería o debía, hoy alguien me dijo "no ocultes nada, sé auténtico" y creo que será mi frase de cabecera de ahora en adelante. Acumulé suficientes sucesos lamentables dentro de mi mismo y no logré liberarme de ese peso a tiempo, aunque yo creía que sí. A veces la mejor manera de superar un acontecimiento negativo es contándolo, compartiendo el peso con alguien más, admitiendo y afrontando lo que te sucedió. Cuando en lugar de contar eso que nos hace mal, lo ocultamos, o peor aún, lo negamos incluso a nosotros mismos, los resultados pueden ser fatales (sí, así de dramático).

Durante años, y sin darme cuenta, estuve negando lo que me pasaba, me ponía mal durante un rato hasta ahogar la pena pensando en alguna frivolidad que me ayude a hacer de cuenta que nada ocurrió, "no hay tal crisis" me susurraba una voz al oído mientras compraba alguna tontería para llenar el vacío. Sí, prefería hacer eso (shopping) antes que contárselo a alguien, porque contarlo es admitir que me sucedió y yo no quería reconocerlo, mi verguenza y orgullo podían más. "Yo vendo alegría, risas y fortaleza, nadie me puede ver mal" era lo que erróneamente solía pensar, aparentemente desde temprana edad, ya que nunca me gustó que alguien me vea mal, por ejemplo, una vez me encerré en el baño de mi colegio para llorar luego de que me pusieran una vacuna a los 7 años.

Hoy quiero empezar a liberar esta mochila, tirar las piedras que cargué en ella durante años y soltar algunos de esos recuerdos que aún tengo grabados y necesito dejar ir porque no me permiten avanzar.

Acompáñame a ver estas tristes historias:




En el 2013 tenía un crush llamado Pedro, del cual ya casi olvidé su rostro, pero sí recuerdo su frase, me rechazó diciéndome "nunca estaría con alguien como tú". Ustedes dirán, "bah, no es tan grave", pero en realidad sí lo fue. Imaginen la siguiente situación, te gusta alguien durante semanas, te invita a salir un par de veces, se acuestan y luego de eso, cuando ni te terminabas de poner la ropa te dice "nunca estaría con alguien como tú" seguido de una frase aún más dolorosa, "apúrate porque ya viene mi flaco". Esto me pasó a mi, yo no sabía que él tenía novio, mucho menos que había programado una cita con su flaco ese mismo día. Mientras me sacaba de su dpto llegó "el novio", a quien fui presentado como un compañero de estudios. Su frase, "nunca estaría con alguien como tú", me dio vueltas en la cabeza durante años, sin comprender exactamente a qué se refería de mi o qué de malo tenía yo, generándome así una enorme inseguridad.

En el 2014 conocí a Alex, alguien que creía era parecido a mi, pero en realidad no lo fue. Lo siguiente es más una estupidez mía, quién con un mínimo de cordura intentaría ser saliente de un sujeto con depresión crónica? bueno, ahí me mandé con él y su depresión, lo intenté hasta que entendí que estaba perdiendo mi tiempo después de almorzar juntos en San Isidro.

Yo: Alex, qué te gustaría que hagamos por tu cumpleaños?
Alex: Nada, no quiero hacer nada, o bueno sí, quisiera que venga mi ex con una torta a celebrar y luego dormirme abrazado a él.
Yo: ...
Alex: Y lo que acabo de decirte te incomodó porque siempre que algo te incomoda miras al piso unos segundos y luego sonríes para disimular que nada pasó.

Me sentí estúpido por perder mi tiempo con él, y me sentí aún más estúpido porque él fue el único que sacó mi perfil "psicológico" en tiempo récord. Esa tarde regresé casi llorando a casa y me encerré en mi cuarto por lo que quedó del día hasta lograr omitir ese recuerdo. Bonus Track, desde ese día comencé a odiar a los "ex", me irritaba, o irrita, leer que alguien sufre por su ex o que algún amigo me cuente un caso así.

A mitad del 2014 llego Chris o Christian, un chico peruano que estudiaba Medicina en USA y venía todos los años a Lima en sus vacaciones. Nuestra primera cita fue soñada, con todo y una romántica lluvia en dónde el me terminó dando su casaca para que me abrigue. Con él fue la primera vez que asistí a "Meneo", la fiesta gay de moda en esa época, a pesar de que yo no era de ir discotecas, acepté acompañarlo porque él quería conocer ese lugar. Esa noche me sentía V.I.P. porque estaba de la mano con el chico que me gustaba y con el que me veía a futuro, nos pasábamos de la mano por toda la fiesta, incluso algunos amigos me preguntaron quién era y muy orgulloso lo presenté. Toda la magia se acabó el día de mi cumpleaños cuando "Chris" me preguntó si podía traer a un "amigo", muy sorprendido yo (ya que yo era su único contacto gay) le pregunté de quién se trataba y me respondió "es un chico que me gusta y al que conocí ayer, por eso no te respondí, había salido con él". Obviamente no acepté que vinieran por más que me bombardeó de mensajes.

Por el 2015 volvió Christian, esta vez ya estaba por mudarse a Lima de forma permanente y, estúpidamente, decidí volver a salir con él, nuevamente volvió la ilusión y el flirteo. Estuve con él de la mano en Matadero junto a algunos amigos míos,"Chris" lucía bastante apático, ni bailaba, es más, se tiró en el sofá del segundo piso y ahí estuvimos recostados buen rato. Antes de las 2am, él me dijo que bajaría al primer piso unos minutos para saludar a alguien, me ofrecí a acompañarlo y bajamos juntos, pero en medio del tumulto nos soltamos las manos. En ese instante, cuando Christian  se soltó de mi, comenzó a caminar tan rápido que casi parecía que trotaba, de pronto él había salido huyendo del local y yo yendo detrás, llamándolo sin éxito ya que "Chris" nunca volteó y más bien se subió al primer taxi que pasó. ¿Tenía que huir de esa manera? ¿Por qué tenía que pasarme esto a mi? Subí al segundo piso donde estaban mis amigos y cuando me preguntaron por él inventé que se había sentido mal y por eso lo mandé en un taxi. Bonus Track, Christian nunca más respondió mis mensajes luego de esa noche, sin embargo a mi amigo lo agregó a Snapchat e intentó hacerle el habla, así o más pendejo?.

Llegamos al 2016, ahora le toca a Javier, quien seguramente se enojaría y me pediría que borre su nombre si leyera este post, pero realmente no me importa, esta es MI catarsis, lo siento, no jodan. A Javier ya lo medio conocía hace algún tiempo, había cierta comunicación y coqueteo, hasta que decidí intentar dar el siguiente paso con él, tratar de ser salientes. Un fin de semana, salí a bailar con él y mi mejor amigo , quien se encontraba con su flaco, sí, era una cita doble, no es lindo? Bueno, no fue una noche linda. No es lindo cuando tu cita intenta meterle la mano a tu mejor amigo, cosa que me enteré días después, y tampoco es lindo pasar la noche con alguien (if you know what I mean) y que mientras se visten para ya irse del hotel te diga "oye, tu amigo me gusta, ayúdame con él".

Javier: Oye, tu amigo me gusta.
Yo: Qué amigo?
Javier: Tu amigo "xxxxx", ayúdame con él.
Yo: Es en serio?
Javier: Sí, huevón, ayúdame.
Yo (tratando de simular que no me dolió): Pero tiene flaco, no seas pendejo.
Javier: Y? qué tiene?

Creo que pasé toda la mañana llorando y realmente nunca lo conté hasta hoy, omitiendo un intento fallido en el que grabé un audio ahogándome entre lágrimas y que finalmente desistí de enviarlo al chat grupal con mis mejores amigos porque sentí muchísima verguenza, como podría contarles que después de estar con alguien este me dijera que le gusta mi amigo? La peor parte es que después de ese día lo seguí viendo.

A continuación sigue una historia con final alternativo y que ahora será contada en su versión original, en donde una vez más quedo como loser, pero ya qué chucha.

En Setiembre del 2016 conocí a Dino, no, no es el perro de los Picapiedras, era un chico mayor que yo con el que comencé a salir, o bueno, algo así. Digo "algo así" porque por lo general, no lo veía y cada vez que yo intentaba "cortar" el vínculo Dino prometía dedicar más tiempo y yo le creía. El 25 de Noviembre salimos por última vez, para esas alturas del año mi desesperación era alta y mi amor propio bajo, tan bajo como para haberlo visto durante nuestra última cena chatear en Grindr en frente mío y aún así pensar que podía tener una relación con él. La idea de que aún podíamos tener futuro juntos sólo estaba en mi cabeza, porque Dino hacía mucho me había descartado o a lo mejor nunca me consideró. Esa noche de Noviembre se cortó todo cuando al bajar de su auto intenté darle un beso y él me volteó la cara diciéndome "Arturito, no". Una vez más fingí fortaleza y me bajé de su carro como si nada hubiera pasado, apenas vi que se alejó, comencé a llorar por el rechazo, por haberlo visto en Grindr, por perder mi tiempo desde Setiembre. No sabía si llamar llorando a mis amigos y que quizás me tilden de loco y drámatico o intentar resolverlo solo. Finalmente opté por caminar llorando mientras escuchaba música desde el óvalo Higuereta hasta mi casa, en el camino pude calmarme y una vez más me dije "no hay tal crisis".

Estuve meses sin ganas de conocer gente, tenía miedo, mucho miedo y así fue como en Abril del 2017 llegó Iván, un chico menor que yo. A Iván decidí contarle mis miedos, dudas e inseguridades, incluso le conté algunas (otras) historias de mi pasado para que entienda mi rechazo para conocer a un chico, pero él sonaba demasiado convincente, distinto y sincero, así que ante su insistencia, accedí a verlo. A media salida me dijo "no eres como yo pensaba" , lo demás ya se lo pueden imaginar, gracias Iván, tu tampoco fuiste como yo pensaba, por meses te odié en silencio por lo mal que me hiciste sentir ese día.

Llegó Julio y sin querer empecé a hablar con Daniel, amigo de un amigo, qué podría salir mal? Tenía de garante a mi amigo quien decía que Daniel es buena persona. Después de un mes, Daniel me dijo que necesitaba estar solo, sin pareja, sin amor, sin nada, sólo quería tiempo para él mismo, a las 3 semanas comenzó una relación con otro chico, una vez más me sentí estúpido.

Muchas de estas historias mis amigos no las conocen, y en otros casos las saben, pero a medias, ya que por verguenza no siempre conté como los chicos terminaban rechazándome o hasta humillándome. Con el tiempo, empecé a guardar en secreto cuando conocía a alguien, por qué? porque nunca pasaba nada más allá de una simple ilusión que no llegaba ni a una tercera cita, decidí contarlo sólo si realmente esa "salida" se convertía en mi novio, pero eso nunca ocurrió. Las bromas de algunos amigos en donde me decían "perra" y que se confundían con "tantos hombres" de los que les hablaba, me hacían sentir mal, me hacían sentir verguenza. Sin embargo, algo de razón tenían, con cuántos hombres más lo iba a intentar? Realmente lo hacía por perra o por falta de cariño? Me pregunto si alguna vez alguien intentó entender el por qué lo hacía, por qué siempre buscaba un chico tras otro, quizás actuaba así porque en el fondo sólo estaba buscando cariño y compañía.


A todos estos chicos, y a algunos otros más, los odié, los odié por mucho tiempo, me hicieron sentir que no valía, que ellos siempre podían fijarse en un "ex" o en mis amigos y nunca escogerme a mi, me hicieron sentir feo o gordo cuando me decían "no eres como yo pensaba, te ves diferente" y luego de cada intento fallido retumbaba en mi cabeza la frase que Pedro me dijo en el 2013, "nunca estaría con alguien como tú", me hizo pensar una y otra vez que nadie podría fijarse en mi. Cuando te ocurren situaciones constantes de rechazo te llenas de inseguridades, te cuestionas TODO, tu personalidad, tu voz, tu talla o tu peso, absolutamente TODO para tratar de comprender por qué te sucede todo esto. Me llené de sensaciones negativas que no me sumaron nada, de recuerdos llenos de frustración y rabia. Hoy quiero dejarlos ir, a ellos, y estos sentimientos, quizás todos esos chicos actuaron así por inmadurez o quién sabe qué issue tendrán, pero yo no puedo seguir cargando con esto, para avanzar debo superar y olvidar.

Soy este, el inseguro que aún busca su camino para mostrarse sin miedo ante todos, hoy doy la cara, ya no quiero sentir más verguenza, así soy yo, y esta es mi historia en la que necesito cerrar capítulos, estos son solo  baby steps que empiezo a dar para poder cambiar.

A todos estos chicos ya no los odio, no siento nada, no vale la pena que acumule sentimientos negativos por más tiempo. Ahora comprendo que quizás a ellos también les pasaron cosas y se volvieron así, entendí que no debía tomar tan personales estas situaciones y espero seguir así.

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