jueves, 15 de febrero de 2024

Pena y ansiedad

Yo te juro que no soy una mala persona. Soy trabajador, honesto, cariñoso y tantas cosas más, pero no alcanza, nunca alcanza.


No sé qué buscan ni que es lo que quieren, pero me han roto tanto que solo siento miedo. Miedo de conocer a alguien, miedo de confiar, tengo ansiedad, ahora muevo constantemente mi pierna.


Me siento solo aun teniendo a mi familia y a mis amigos, los veo a todos tan felices con sus parejas y sí, ya sé que lo que publican en redes puede ser solo una pose o apariencia, pero yo también quiero sentir eso por un fin de semana.


Unos días de amor fugaz, de atención, sentir que importo y que soy como los demás.


No sé cómo lo hacen, saltan de una pareja a otra sin problema, yo en cambio siempre termino igual: rechazado o ghosteado.


Estoy tan agotado, intento confiar, recuerdo lo que me dice mi psicóloga sobre que los presentimientos no son reales, pero al final siempre lo son.


Siempre hay una voz que me dice “él no será” o “ten cuidado” y al final es así.


Estoy tan roto que no sé si alguien será capaz de aceptarme así.


Antes llenaba mis vacíos entrando al sauna del gimnasio buscando algo de validación, unos momentos en donde pudiera sentirme normal y deseado, pero ahora ya no voy a la misma cadena y ya ni ese momento de sentirme deseado lo tengo.


Odio tanto lo que siento, quisiera no sentir nunca más amor por alguien, quisiera poder usarlos a todos, total eso sería más fácil, pero no puedo. Siempre me prometo no volver a sentir, pero al final siempre caigo.


Ojalá el mundo fuera menos mierda, ojalá las personas fueran menos mierda con otras y con sus sentimientos. Ojalá pensáramos más en los demás.


Lo peor? Que esta vez nada de lo que me sucedió lo busqué, quizás por eso ilusamente creí que esta historia podía ser real.


El corazón es tan frágil y el mío está muerto en vida.


lunes, 29 de mayo de 2023

Vacío y soledad

Todo empezó un mes atrás, aunque en realidad ya había comenzado algunas semanas antes, pero oficialmente hace un mes fue que dije “sí” y los problemas comenzaron.


Muchas de estas emociones las mantuve guardadas y celosamente resguardadas para no quebrarme, pero el día en que todo cambiaría llegó.


Yehu llegaba 30 minutos tarde a nuestra salida, yo lo justificaba y minimizaba, pasamos una velada en donde los temas de conversación no faltaron y regresé feliz a casa.


En la siguiente salida Yehu me hacía la clásica pregunta “en qué plan estamos saliendo?” y yo no podía creer que alguien me preguntara eso, es decir, a todos les encanta “fluir” cuál ríos por su fobia al compromiso, pensé que esto era un buen indicio, pero aceptar ser salientes fue mi peor error, especialmente cuando pasé por alto la siguiente frase “pero si no funciona no me odies”.


Con sorpresa le respondí que por qué lo odiaría si el ser salientes no funciona, “ni que me fueras a ghostear o subieras una historia besando a tres” le respondí. 


Los siguientes días fueron terribles para mi ansiedad, los mensajes me los respondía casi al día siguiente o a veces a los dos días, si le pedía algún consejo me dejaba en visto mientras subía 20 historias de su salida. Aún así yo me aferraba a la conversación en donde me preguntó qué somos, “nada es real, todo es producto de tu imaginación y ansiedad, Arturo” eso me repetía cada vez que sentía que las cosas con Yehu iban por mal camino.


Los días pasaban y la actitud seguía igual, o peor, un fin de semana ya lo tenía copado de planes y al siguiente me dijo que solo tenía dos horas para vernos, algo que estúpidamente acepté.


Una noche antes del día de vernos le pregunté si podíamos almorzar juntos o si lo veía directamente a la hora que me dijo, en ese momento sin darme cuenta me había vuelto alguien sumiso de él, esclavo de sus tiempos y humores. 


Yehu me contestó “lo siento, no voy a poder” así sin más, le pregunté la razón y me dijo “estoy cansado”, le pedí hablar por teléfono y me volvió a responder “hoy no, estoy cansado, no tengo ganas”. No entendía qué pasó con el chico que me preguntaba lo que somos, que me decía que no quería solo fluir, que me dijo que no me iba a ghostear.


Pero luego recordé su otra frase “si no funciona no me odies” y entendí todo, comprendí que todo lo que dijo esa noche fue un impulso, que tal vez simplemente se sentía solo e intentó llenarse conmigo, pero ya se había aburrido y no sabía cómo sacarme de encima.


Lo enfrenté, le pregunté qué tenía y me dijo “pero si solo somos amigos, yo no te ofrecí nada”, en ese momento no podía creerlo, prácticamente me dijo que todo fue producto de mi imaginación. 


Le increpé diciendole que por qué hizo todas esas preguntas y me contestó con otro hecho que solo ocurrió en su cabeza “pero si antes de salir de chilis te dije que no esperes nada porque somos amigos”. Creo que ni a los 20 me pasó algo como esto, le dije que ahora entendía su frase de no odiarlo y ese fue el final de la conversación.


Me la pasé llorando toda esa noche, no solo por él y por los escenarios que había creado en mi cabeza, sino también por lo tonto que me sentía por haberme dejado engañar de esa forma tan de colegial a mi edad, tenía mucha verguenza. 


Con los días todo mejoraba, aunque aun me sentía dolido y más inseguro que nunca hasta que de pronto y de golpe llegaba Andy.


Un match en tinder a la 1 pm con un mensaje que no leí, una notificación de un nuevo follower en instagram a las 2 pm y una conversación a las 4 pm en donde Andy me decía para entrenar juntos ese día en la noche.


Mientras pasaban los minutos pensaba, realmente quiero conocer a alguien ahora? y mi deseo de que me cancele aumentaba, pero finalmente no ocurrió y llegó. En vivo se le veía mucho más guapo que en fotos y también más corpulento, me puse nervioso, pero la conversa venía bien, él hablaba mucho y también preguntaba mucho, eso me hacía sentirme en confianza.


Luego mientras entrenabamos me preguntó “crees que hayan otros chicos como nosotros cuya primera salida sea en el gimnasio?”. Yo herido y estúpido sonreí por dentro y dije “bah, un chico así no puede querer algo conmigo”.


Mientras caminabamos saliendo del gimnasio nos pegabamos el uno al otro, no quería darle importancia a nada y solo me repetía que estaba contento de tener un nuevo amigo.


Mi mente estaba en calma hasta que otro día me escribió diciéndome que era muy guapo y conversador y que quería volver a verme, en ese momento intentaba controlar mi imaginación, pero él me dijo para salir y todo empeoró.


Pasamos casi toda la noche juntos conversando, bebiendo y luego haciéndolo. Para mi era hermoso poder estar abrazados en su cama viendo videos en su celular y conversando, me sentía acompañado y ese era el problema, mi sensación de soledad.


Antes de irme le pregunté por sus planes del sábado, grave error, y quedamos en vernos. Las siguientes horas mi mente ya iba a mil por hora imaginando como seria esa salida y las siguientes, pero el error siempre es esperar algo de la gente y como ya adivinan, el mismo sábado me canceló casi al mismo estilo de Yehu.


Me sentía ansioso, solo, sin amigos, quería detener mi mente así que salí yo solo a dar una vuelta por Miraflores, compré algunos libros, comprar siempre llena los vacíos, y volví a casa con mayor calma, pero vi un mensaje de Andy que decía “no te molestes conmigo :(“ y una pequeña parte de mi se quería ilusionar otra vez.


No fue su culpa, si bien me dijo algunas frases que pueden emocionar a alguien que se siente solo como yo, en sí él no me había ofrecido nada, no podía enojarme con él, pero sí podía alejarme.


Es actitud ya la conocía, cancelar a última hora sin razón alguna, publicar que te vas a otro lado o poner que buscas planes, dejar en visto los mensajes durante horas hasta que yo volviera a escribir, todo eso es desinterés y no podía creer que me estuviera pasando otra vez y tan seguido y peor aún, sin haberlo buscado porque Andy llegó de casualidad.


Todo el domingo me sentí vacío, me sentí solo, siempre quise tener un grupo grande de amigos para hacer todo juntos, y alguna vez lo tuve, pero ya no existe más. Intenté ver a alguien el día anterior para despejarme, pero todo estaban ocupados.


Siempre quise un novio, y lo admito así me juzgues, porque sentía que él sería quien me fuera a acompañar a todo lo que quisiera hacer. Ir al cine a ver la película que a nadie le gusta? Voy con mi novio. Ir al restaurante nuevo que sale en instagram? Voy con mi novio. Me regalaron un pase de 5 días en mi gimnasio? Llevo a mi novio. Me gano entradas para el teatro? Llevo a mi novio, él siempre estará disponible para mi.


Pero la realidad no es así, no tengo novio y ese vacío que siento, esa soledad, la debo llenar yo  y no mis amigos o un chico. La realidad es que todos son egoístas con su tiempo y mi problema es siempre esperar que los demás hagan por mi lo que yo haría por ellos.


Será que algún día dejaré de sentir este vacío? Ojalá la terapia me ayude.


viernes, 14 de octubre de 2022

I´m back...

Desde que comencé a ir a terapia dejé de culparme ante cada “fracaso” o “rechazo” amoroso, dejé de pensar que el problema era yo, que quizás había algo malo en mi personalidad, en mi físico o en mi entorno.

 Fue casi mágico ir y conforme pasaban las semanas notar que en verdad yo no tenía nada de malo, comprendí que realmente el problema no era yo.

Sin embargo, por más sesiones que pasaron y siguen pasando, nunca entenderé por qué hoy en día la mayoría parece tener una especie de fobia al compromiso y el desinterés se volvió un gran atractivo.

Estar disponible para la persona que te atrae para algunos se volvió un exceso de interés, “bótate un poco” te recomiendan tus amigos. Responder mensajes una vez al día en una época en la que tenemos el móvil en la mano se volvió una costumbre escudada en el ritmo de vida agitado que llevamos todos. ¿Qué tanto tiempo puede tomar escribir buenos días y buenas noches? 

Salir con alguien, besarse, tomarlo de la mano, y tratarse como pareja sin serlo es normal para muchos y preguntar hacia dónde van con eso es algo mal visto. “Deja que fluya” te responden si es que simplemente no desaparecen o intentan hacerte pensar que todo es producto de tu imaginación.

Pareciera que entre menos compromiso y más incierto sea el vínculo más atractivo es para muchos, pero no para mi. Tuve tanto de esto durante 10 años, aprendí a dejar de culparme, pero aún no logro comprender esta extraña forma de relacionarse. 

Cansado de lo mismo, pensé que intentar salir con un “amigo” al que conozco hace 10 años y con el que siempre hubo cierta tensión sexual podía ser buena idea. 

Pensé que al conocernos tanto podría funcionar, pero no fue así, dicen que uno no termina de conocer a las personas y es cierto. Una tarde (luego de un cuestionamiento mío) me escribió para “cortar” el ser salientes. ¿Habrá algo más impersonal que querer “cortar” por un texto en whatsapp?.

Sabía que era imposible vernos en ese momento así que lo llamé para conversar y de hecho al colgar se suponía que ya todo estaba bien y solucionado, con lo que no conté fue con que él desaparecería más o menos 10 días después de esa conversación.

Desaparecer fue su forma de no afrontar el problema, de no poder realmente decir “hasta aquí nomás”, no le guardo rencor, pero sí quedé muy decepcionado de él y también desgastado. ¿Si así se portó alguien que me conoce hace tanto qué podría esperar de alguien que apenas conozco?

Soy la clase de chico que le gusta compartir su día a día con quien le atrae, el que mandará una foto o un audio contando lo que va haciendo, no responderé al minuto, pero me haré espacios durante el día para hablar porque la comunicación es importante para conocerse. 

Soy el que tiene conversaciones “incómodas” para saber hacia dónde vamos porque para mi lo incierto no es atractivo, soy el que prefiere hablar antes de simplemente desaparecer si algo le incomoda.

Pero también soy el que sabe cuándo irse, el que de tantas idas y venidas ya nota a gran distancia las red flags

Y en este punto te preguntarás ¿por qué escribes todo esto? Mi psicólogo me recomendó escribir como una forma de terapia y de desahogo, claro, no me dijo que lo ponga en un blog, aunque cuando se lo conté no le pareció una mala idea y es así como decidí publicar esta entrada.

martes, 8 de octubre de 2019

Viejo

Durante los últimos meses, desde diciembre 2018 para ser exactos, siempre decía que quería estar solo, que me sentía bien siendo dueño de mi tiempo y que no necesitaba de nadie más.

Sin embargo en el último mes me he sentido extraño, no sé si es la primavera, la novela que estoy viendo o simplemente que ya estoy viejo, pero comencé a sentir la incontrolable necesidad de querer contarle a alguien mi día y de que me abrace cuando me sienta cansado.

Cuando veo a mis amigos con pareja siento un enorme "aww" seguido de un "yo también quiero", me emociono tontamente con una mirada de más o con un roce de manos. Me pregunto a veces "será él?" cuando veo a mi crush acercarse, luego es como si se acercara una aguja y me pinchara el globo "eso no te pasará a ti".

No puedo evitar pensar que si en tantos años no pasó nada que valga la pena qué me hace pensar que podría cambiar mi suerte ahora?

Cada chico que me ha gustado en los últimos años ha sido solo una ilusión y en cierta parte una pérdida de tiempo, hace mucho decidí dejar de buscar personas, no más citas acordadas por algún app, esa época acabó y así la mantengo, quisiera conocer a alguien de una forma más casual y menos forzada, aunque eso ahora parezca más difícil, ya saben, hoy en día ya nadie se conoce así, al menos no en el mundo gay.

Veo cómo algunos salen de una relación larga y de inmediato se sumergen en otra y me pregunto, cómo lo hacen? por qué ellos pueden y yo no?

Me siento viejo, no lo voy a negar, veo a mis amigos en otra etapa de su vida y siento que el tiempo me apura a mi también.

miércoles, 20 de marzo de 2019

Un momento feliz

Era una noche oscura y silenciosa, estaba acomodado en mi cama junto a la ventana, una cama algo extraña ya que se parecía a un camarote, de pronto, escucho un ruido y miro alarmado hacia el jardín. Una enorme sorpresa me llevé, entre felicidad y miedo, al verlo a él subiendo por una escalera de pintor y tocando la luna para que le abra. Hernán entró por la ventana y nos saludamos con un tierno beso.

No había ningún deseo extraño ni horny, solo era él quien me sonría y me miraba con sus enormes ojos claros diciéndome "te extrañaba demasiado, tenía que venir a verte", mientras sostenía mis manos y yo temblaba de felicidad y de nervios ya que nunca habían hecho algo así por mí.


viernes, 22 de febrero de 2019

Ghosteado

La primera vez que leí esta palabra fue en alguna red social en alguna noche de insomnio, creí que se trataba de alguna especie de error ortográfico hasta que la volví a escuchar en una serie hace algunas semanas, obviamente sin la terminación en español "ado".

Hoy esa palabra cobra sentido al revivir algo que no me sucedía hace años, he gosthed me, me gostheó, desapareció.

No hay peor cosa que llevar semanas, o meses, saliendo con alguien y que de un día para otro esta persona cambie en su manera de actuar, primero con la típica negación que te hace creer que eres tú el que está loco, para luego desaparecer definitivamente.

No sé si se aburrió, si conoció a alguien más, si algo no le gustó, no sé nada y eso es lo peor, no saber si fallaste tú o él. Lo que sí sé es que estoy emocionalmente desgastado otra vez, con una sensación casi de pánico si vuelvo a conocer a alguien y esta persona me llega a atraer, con ganas de decirle que por favor no me lastime, pero eso sería patético y mi orgullo no me permitiría articular esa frase.

I'm just tired, pareciera que nunca es suficiente para alguien, por más que me esfuerce, por más paciencia que tenga, por más seguridad que proyecte, nada parece funcionar.

Merezco alguien que haga lo mismo que yo por él, alguien que sepa lo que quiere y que no tenga normalizada la fobia al compromiso desde el primer día diciéndote "oye normal, ten tinder, no somos nada, ese actuar el que me descoloca.

Si tu haces una entrevista de trabajo y el candidato parece cumplir los requisitos luego de la entrevista, por qué seguirías buscando y buscando más opciones?  En especial si ya pasaron semanas de conocerse.

Esa fobia al compromiso normalizada con un "rélajate" me llega.

Este post no tiene cuerpo, ni mucho menos un desenlace, tan solo es un intento de sacar lo que llevo adentro en una noche de soledad.

lunes, 7 de enero de 2019

A Ciegas


Cuando queremos mucho a alguien o esta persona nos gusta nos convertimos, por un periodo indeterminado, en Sandra Bullock cruzando el peligroso río a ciegas en Bird Box.



Nos ponemos una venda en los ojos y ahí vamos, lanzándonos a lo desconocido sin importarnos nada, sin escuchar al resto.
Cuántas veces nuestros amigos, o familiares, nos dijeron "ten cuidado" y los ignoramos pensando que estaban siendo paranoicos y exagerados.