lunes, 11 de diciembre de 2017

Amargo


La mayoría juzga de forma superficial sin intentar analizar el accionar de nuestros seres queridos. "Qué amargado eres" me dijeron tantas veces sin tratar de entender la razón de esa amargura.

Tengo demasiadas emociones mezcladas, tantas que no sé si este post logre ser legible.

Noviembre y Diciembre han sido los peores meses en mucho tiempo, si tenía algún karma, ya lo estoy pagando. Mi más grande temor es la soledad, siempre tuve pánico a quedarme solo, sin mi pequeña familia  y mis mejores amigos. Hoy mi temor se hizo realidad y no sé como manejarlo, me siento un extraño en mi casa hace ya 1 mes, quisiera correr lejos y desconectarme por todo lo que queda del año. Mis mejores amigos me odian, no me hablan, y aunque tengo otros amigos, la sensación no es igual. Los pilares de mi vida se han derrumbado y estoy aplastado en sus escombros.


miércoles, 6 de diciembre de 2017

Catarsis

Continuando con la saga de la catarsis, esta vez quiero dejar de ocultar mis desventuras amorosas bajo seudónimos o cuentos y escribir este post como una forma de liberarme un poco de ciertos sentimientos que no me han hecho bien.

Si llegué a colapsar hace un mes creo que fue por callar y no hablar cuando quería o debía, hoy alguien me dijo "no ocultes nada, sé auténtico" y creo que será mi frase de cabecera de ahora en adelante. Acumulé suficientes sucesos lamentables dentro de mi mismo y no logré liberarme de ese peso a tiempo, aunque yo creía que sí. A veces la mejor manera de superar un acontecimiento negativo es contándolo, compartiendo el peso con alguien más, admitiendo y afrontando lo que te sucedió. Cuando en lugar de contar eso que nos hace mal, lo ocultamos, o peor aún, lo negamos incluso a nosotros mismos, los resultados pueden ser fatales (sí, así de dramático).

Durante años, y sin darme cuenta, estuve negando lo que me pasaba, me ponía mal durante un rato hasta ahogar la pena pensando en alguna frivolidad que me ayude a hacer de cuenta que nada ocurrió, "no hay tal crisis" me susurraba una voz al oído mientras compraba alguna tontería para llenar el vacío. Sí, prefería hacer eso (shopping) antes que contárselo a alguien, porque contarlo es admitir que me sucedió y yo no quería reconocerlo, mi verguenza y orgullo podían más. "Yo vendo alegría, risas y fortaleza, nadie me puede ver mal" era lo que erróneamente solía pensar, aparentemente desde temprana edad, ya que nunca me gustó que alguien me vea mal, por ejemplo, una vez me encerré en el baño de mi colegio para llorar luego de que me pusieran una vacuna a los 7 años.

Hoy quiero empezar a liberar esta mochila, tirar las piedras que cargué en ella durante años y soltar algunos de esos recuerdos que aún tengo grabados y necesito dejar ir porque no me permiten avanzar.

Acompáñame a ver estas tristes historias: