viernes, 3 de abril de 2015

Sin Aire


Si alguien decía tener mala suerte con el amor, quizás no había conocido a Arnie, a él le ocurrían cosas que parecían salidas de la cabeza de un guionista de comedia dramática. Lo habían lastimado tanto, pero tanto, y siempre en formas diferentes, que algo dentro de él ya no estaba bien, tenía miedo a ser feliz.

Un tarde de verano, y después de algunos meses solo, conoció a alguien que por fin había llamado su atención. Johny, parecía ser todo lo que Arnie siempre quiso y lo que a la vez no, él podía ser la persona más dulce del mundo, y también la más cruda. Día a día, el sentimiento crecía, durante las horas de clase y el viaje juntos a casa, y entre una que otra salida.